Una joven boticaria toma fresco en una noche de verano cuando dos hombres se acercan a su negocio. Así
comienza un encuentro que modificará, al menos, esa noche. “Escribí inspirada en el cuento de Antón Chéjov: la obra relata el encuentro entre estos dos hombres urbanos con la mujer de pueblo” dice Verónica Mc Loughlin, directora de La Boticaria. El acento en las luces y la escasa escenografía son la línea de una puesta centrada en la actuación. “Mi intención es expresar una mirada sobre un hecho. Historia simple contada de una manera muy sensible”, prosigue Mc Loughlin. La Boticaria es un cuento sobre la soledad y los sueños postergados. Sobre la resignación y la aventura. Sobre la ilusión. Y la vida sin mayúsculas; la de aquello que no somos héroes.
comienza un encuentro que modificará, al menos, esa noche. “Escribí inspirada en el cuento de Antón Chéjov: la obra relata el encuentro entre estos dos hombres urbanos con la mujer de pueblo” dice Verónica Mc Loughlin, directora de La Boticaria. El acento en las luces y la escasa escenografía son la línea de una puesta centrada en la actuación. “Mi intención es expresar una mirada sobre un hecho. Historia simple contada de una manera muy sensible”, prosigue Mc Loughlin. La Boticaria es un cuento sobre la soledad y los sueños postergados. Sobre la resignación y la aventura. Sobre la ilusión. Y la vida sin mayúsculas; la de aquello que no somos héroes.
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