De pronto una luz de seguridad.
Dos hombres. Dos edades. Dos miradas. Dos intenciones.
Una mujer.
Un engaño y una verdad.
La soledad de tres.
Clima de ternura,sueños, silencios, ganas, vergüenzas.
Ahora parece que hubiese más luz. Se encienden las miradas y las palabras.
Se cuentan lo que nunca hablan con nadie. Hacen planes.
Los cuerpos se animan y se acercan.
El tiempo se acaba porque la noche avanza.
Imperturbable, la noche.
A veces la felicidad es eso, un ratito de plenitud. Y nada más... ni nada menos.
Juan Pedro Mc Loughlin
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